Constelaciones Familiares
Las constelaciones Familiares, técnica
creada por Bert Hellinger, nacido en 1925, estudió filosofía, teología y
pedagogía. Posteriormente se hizo psicoanalista y profundizó también en la
Dinámica de Grupos, Terapia Primaria, Análisis Transaccional y diversos métodos
hipnoterapéuticos.
Son las conexiones que cada persona
tiene con su familia, en una o en varias generaciones. Lo cual también implica
la conexión con las personas que han sido muy significativas afectivamente.
Estas conexiones se vinculan entre sí
con amor y lealtad, por tanto, lo que una generación deja sin resolver, será la
siguiente generación quien trate de solventar, quedando atrapadas en temas o
asuntos que no son de su responsabilidad.
Existe una transmisión de generación en
generación de los problemas familiares, que crean una cadena de
acontecimientos. Las injusticias cometidas dentro del sistema familiar, así
como fuera del sistema, pueden inconscientemente afectar la vida de sus
familias.
No obstante, el mismo amor que enfermó,
es el que tiene la sabiduría de la solución cuando se vuelve consciente. Es
decir, cuando somos conscientes de que un suceso en nuestra vida puede
derivarse de la conexión con nuestra Constelación Familiar.
¿Para qué sirve esta técnica?
A través de los “movimientos de alma” que llevan hacia la reconciliación, se
desvela que todas y todos somos responsables por las otras personas. Allí es
donde las Constelaciones Familiares se salen del ámbito terapéutico y se
encuentran con los derechos humanos.
Sería necesario trabajar para las
generaciones que vienen con el fin de prevenir que las niñas y niños tengan que
padecer el rencor de los destinos doloroso.
Sufrir es más fácil que asumir la
solución. Preferimos ser víctimas toda la vida. Cuando somos adultos preferimos
seguir haciendo responsables a nuestros padres de todo lo que nos sucede. Esto
hace que nos mantengamos inocentes y no podamos tomar la vida en su plenitud.
¿Es posible curar enfermedades con la
constelación familiar?
Hay quienes afirman que sí es posible,
especialmente en los casos causados por implicaciones sistémicas o cuando ésta
es una causa contribuyente. El contexto sistémico se muestra en la dinámica de:
“Yo te sigo”, esto significa que una persona quiere seguir a otro miembro de la
familia que está enfermo o muerto, cayendo enfermo o buscando morir también.
Por ejemplo:
“Mi madre nunca tuvo ninguna enfermedad
grave, hasta el momento en que mi abuela, (su madre) falleció de una dura enfermedad.
Tal fue su tristeza, que mi madre siempre está en la dinámica “yo te sigo” y a
partir de ahí comenzó a caer gravemente enferma”
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