Ahora que entramos en la primavera, muchos de nosotros
sentimos la necesidad de ir en busca de un rayito del sol, aprovechando que en
el cambio de estación comienza el buen tiempo. Y es que, aunque algunos de
forma inconsciente, acogemos todas las ventajas que la energía de este astro nos
da.
Seguro has escuchado muchas veces, en diferentes medios de
comunicación y a distintos especialistas, que tomar el sol (de forma moderada) es
favorable para todos; tengamos alguna
patología o no. ¿Te has preguntado qué te aporta la actividad del sol?
El sol es una fuente de energía capaz de crear movimiento,
acción, vida… que influye de manera determinante en la naturaleza y todo lo que
es parte de ella (personas, animales, plantas, etc…) ¿Te has imaginado un día
sin sol? Si cierras tus ojos seguramente recordarás que, cuando el día amanece
nublado, estamos más apenados y con menos vigor.
La energía del sol, además de intervenir en los procesos
físicos, nos afecta el estado de ánimo, ya que la luz natural es un poderoso
alimento para el cuerpo y la mente.
En muchos casos una apropiada exposición a la luz del sol,
puede renovar nuestras emociones, fortalecer nuestro sistema inmunológico,
mejorar nuestra resistencia física, calmar el insomnio, estimular la capacidad
de atención, reducir el hambre, mejorar el carácter e incluso puede producir
cambios en el ciclo menstrual, entre otros muchos beneficios.
La tristeza se vuelve alegría y la desgana, en motivación.
¿A qué esperas para
asomarte a la ventana?